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Miércoles, 22 abr 2015

Madres y padres conducen la vida alimentaria y nutricional de niñas y niños


ARTE-LACTANCIA-HÁBITOS

Para la Misión Alimentación, la visión de ayudar a la familia integralmente prevalece como un derecho inalienable, arraigado en un concepto humanista, que persigue educar y orientar a madres y padres para manejar adecuadamente los primeros años de vida de sus hijas e hijos, lo cual es de suma importancia para su desarrollo.

Es importante comenzar por estimular la práctica de la lactancia materna, época que surge desde el nacimiento del bebé, cuando a través de la leche del pecho de la madre se le proporcionan los nutrientes y la energía necesaria, al tiempo que se conforma un estrecho lazo de amor entre madre e hijo; siendo además el primer acto de Seguridad y Soberanía Alimentaria.

Los infantes que reciben fórmulas lácteas, tienen mayor riesgo de padecer diarreas, infecciones, cólicos, sobrepeso, deficiencia en vitaminas e intolerancia a la leche de vaca, y menos leche materna producirán las mamas de la madre, obligándola a depender de productos industrializados.

Es aquí donde debe imperar la lactancia materna exclusiva, que va desde el nacimiento hasta los 6 meses de vida; este alimento es único en calidad, temperatura y consistencia.

Producir la leche materna, recomendada hasta los dos años de edad, es gratis y no es necesario gastar dinero comprando una fórmula alternativa.

De esta manera la niña o el niño y la madre obtienen beneficios, porque la leche materna previene en el infante las caries dentales, garantiza un mejor desarrollo del cerebro, del lenguaje y el aprendizaje; ayuda a la madre a perder el peso ganado durante el embarazo, pues la grasa almacenada del cuerpo es utilizada para fabricar la leche; contribuye a prevenir el cáncer de seno, útero y ovario.

A partir de los seis meses se incorpora la alimentación complementaria, que va hasta los dos años, cuando se le ofrece al bebé, de manera oportuna, alimentos semisólidos y líquidos.

En esta etapa se necesita mucho tiempo y paciencia para que el lactante se acostumbre y disfrute a la hora de comer. Incluya en el menú diario, de forma gradual, nuevos alimentos de cada una de las franjas del Trompo de los Alimentos.

Tenga en cuenta que si los alimentos tienen una presentación atractiva para su bebé, esto estimulará su vista, tacto, olfato y gusto, lo que a su vez promoverá su participación activa durante las comidas.

Es importante ofrecerles alimentos sin condimentos procesados, pues al proporcionarles comidas con azúcar, sal y grasas, éstos pueden llegar a habituarse a consumir estos sabores muy dulces o muy salados.

Prepare purés, sopas de tubérculos o verduras como ocumo, plátano, ñame y batata, combinándolos con leche materna. Ofrezca las sopas primero con las verduras licuadas y luego en trocitos; así como el corazón de la arepa o hallaquitas de maíz tierno.

Las frutas no cítricas de temporada como mango, guayaba y lechosa, sirven para preparar compotas caseras; también la carne de pollo y res puede incluirla en la preparación de sopas.

Desde que nacen los bebés y a medida que van creciendo, madres y padres deben sembrar valores en ellos y estos parten de la formación de hábitos alimentarios.

En este sentido, es bueno resaltar que a la hora de comer debe reinar la armonía en la mesa familiar. No se debe forzar a las niñas y niños a comer, esto sólo trae conflictos innecesarios, angustia para la madre y sufrimiento para el infante; además puede convertir la mesa en un pequeño campo de batalla.

Se ha determinado que, si bien el consumo pobre de alimentos a largo plazo puede resultar en déficit nutricional, el apetito de niñas y niños se modifica a través de las diferentes etapas de su desarrollo, con lo cual pueden pasar de comer poco a mejorar su apetito en cuestión de día o meses.

Si su bebé no come lo suficiente, recuerde que su estómago es mucho más pequeño que el de usted que es adulta o adulto.

Deben cumplirse hábitos vitales como el lavado de las manos con agua, jabón y luego secarlas, antes y después de cada comida; también a la hora de manipular cualquier alimento.

No ofrezca alimentos entre comidas, especialmente aquellos no saludables como chucherías, refrescos y jugos de cartón.

Respalde a la niña o el niño cuando consuma todo lo que se le ha servido en el plato con aplausos, besos y abrazos, es una buena manera de demostrarle que el comer puede ser un acto de amor y unión familiar.

Publicado por en Reportajes 3307

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