Dulzura navideña para compartir

Ya llegó el mes en que las familias se encuentran y comparten las tradiciones que trae consigo la Navidad. La mesa suele ser la protagonista de todas las reuniones familiares, y en estas fechas, se suele revisar parte del repertorio de la cocina venezolana para realizar múltiples recetas que evocan los sabores típicos de estas festividades.

De allí que el Instituto Nacional de Nutrición (INN), como ente adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Alimentación (Minppal), se ha esmerado en la elaboración de recetas que impulsan nuestra Soberanía y Seguridad Alimentaria, a través de preparaciones 4S: Sanas, Sabrosas, Seguras y Soberanas.

Estas fechas son especiales por los sentimientos de generosidad y gratitud que crecen en las personas; y es que en la cultura del venezolano se disfrutan grandes momentos en torno a la mesa. Es allí, donde se comparten alimentos y experiencias gratificantes que brindan felicidad.

Comunión Familiar

La época decembrina nos hace reflexionar en lo que ha pasado y lo que vendrá, nos reunimos en familia para compartir y conmemorar juntos estos días especiales de amor, esperanza y celebración.

Nicolás García, parte del equipo de expertos de la Escuela Venezolana de Alimentación y Nutrición (EVAN), perteneciente al INN, aclara que en la época decembrina es de tradición familiar compartir y adornar la mesa con diferentes preparaciones, tanto dulces como saladas; esto ayuda a mantener la estabilidad emocional y desarrollar la habilidad de sentir completamente nuestras emociones y placeres asociados a los alimentos, por lo que recomienda incorporar alimentos saludables tales como vegetales y frutas para disfrutar en familia mientras cuidamos la salud.

“Los dulces son tradicionales en la mesa, son un bocado que conlleva la elevación de la dopamina, mejor conocida como la ‘hormona de la felicidad’, la cual está asociada a las emociones de satisfacción que sienten las personas al degustar una porción de su dulce preferido y compartir el momento con excelente compañía”, acotó García.

Consumir dulces activa los niveles de felicidad, convirtiéndose en un deleite tanto para el paladar como para el alma, lo que consolida los lazos de amor y confianza, mejora la actitud de los miembros de la familia y su relación con otras personas.

Dulces con creatividad

Los dulces, por sus propiedades, hacen que las persones se motiven y tengan una actitud más enérgica en su día a día. Isabel Escalona, parte del equipo de la EVAN, expresó que “uno de los  platos típicos que se preparan durante la época decembrina es el tradicional Dulce de Lechosa. Es muy común ir a una casa durante estas celebraciones y degustar la especialidad de la abuela”.

Aún así, “el comercio capitalista aprovecha durante este mes para subir los precios de esta fruta, afectando el presupuesto familiar”, asevera nuestra experta. Por ello, desde el INN presentamos varias recomendaciones a la familia venezolana para su consumo tradicional, lo que genera alternativas que permiten cuidar la economía del hogar sin dejar de disfrutar junto a sus seres queridos de las festividades navideñas.

Un consejo, es comprar este rubro meses antes y envasarlo como conserva, para tenerlo disponible durante el mes de diciembre. “Para ello, se prepara el dulce y se envasa al vacío. Se seleccionan frascos de vidrios con tapas en buen estado y limpios. Los colocamos en una olla con abundante agua y se llevan al fuego. Cuando hierva el agua se debe esperar 10 minutos, sacarlos con mucho cuidado (mediante pinzas) y botar el agua sobrante. Al terminar este proceso, los ubicamos sobre una superficie limpia y una vez que el dulce esté listo, se envasa aún caliente en los frascos, se tapan muy bien, se cubren con un paño y se dejan enfriar a temperatura ambiente; la tapa sonará al poco tiempo como indicativo del sellado al vacío. Guarde en un lugar fresco o en la nevera, una vez abierto debe refrigerarse”, detalló Escalona.

Una alternativa a la lechosa es el dulce de auyama, por su similitud en sabor y forma de realización, además por su accesibilidad alivia la economía familiar y aporta un alto valor nutricional, que cuida nuestra salud. Pero esta no es la única opción, la lechosa también se puede sustituir por chayota o por conchas de patilla (se utiliza la parte blanca que está entre la pulpa roja y su cubierta verde). En estos casos, aplicamos el mismo procedimiento que con el tradicional dulce de lechosa.

Por siglos, la mesa ha representado un santuario sagrado donde las personas cultivan emociones positivas asociadas a la acción de compartir e ingerir sus alimentos. Además, en ella los niños aprenden el valor de la familia, asocian vivencias que los guíen en su desarrollo evolutivo y genera en ellos confianza y seguridad en sí mismos, a través de la ayuda y el cuidado recibido por sus padres, quienes les demuestran su amor con el acto más básico: la alimentación.

Redacción: Amcory De Abreu.

Foto: Dpto. Diseño INN.

Publicado por Editor PRENSA en Reportajes 1240