Bebidas energizantes atentan contra el sistema nervioso central de las personas

Las bebidas energizantes son bebidas analcohólicas (sin alcohol), generalmente gasificadas, compuestas básicamente por cafeína y carbohidratos (azúcares con distinta velocidad de absorción), más otros ingredientes como aminoácidos, vitaminas, minerales, extractos vegetales como extracto de guaraná (siendo su principio activo la cafeína por lo que es un estimulante del sistema nervioso central) o el ginseng, cuyas sustancias presentes son las saponinas, que tendrían acción sobre la adaptación corporal de las personas a los efectos del estrés, las enfermedades y la fatiga, acompañados de aditivos químicos.

Generalmente las bebidas energizantes son ingeridas, en su mayoría, por los deportistas y atletas de alto rendimiento, quienes también son bombardeados por distintas publicidades relacionadas con estos productos, lo cual provoca cierta confusión y hasta engaño a la hora de escoger una bebida hidratante, rica en vitaminas y minerales, la cual debería reponerle los componentes nutritivos perdidos durante el ejercicio realizado.

Es importante resaltar que las sustancias que contienen las bebidas energizantes, no son las mismas que las que contienen las bebidas hidratantes o deportivas, en las cuales prevalecen los carbohidratos (glucosa, fructosa), potasio y sodio.

El efecto estimulante de la cafeína puede hacer que el deportista se sienta energizado y olvide recuperar sus reservas energéticas y fluidos, pudiendo a la larga, perjudicar su rendimiento.

Para algunos organismos científicos estas bebidas deberían llamarse “estimulantes” y no “energizantes”, ya que una bebida energizante es aquella que se utiliza para aportar un alto nivel de energía al cuerpo, a expensas de los glúcidos o carbohidratos que contiene.

En cambio, en estas bebidas el término utilizado de “energía” se refiere a cierto efecto farmacológico de algunas de las sustancias que contienen y no a su aporte calórico a partir de sus nutrientes.

Impactos del exceso

El “boom” de las bebidas energéticas tuvo su origen en los años 80. Dos sustancias son las claves de su éxito comercial y del resto de marcas de bebidas energéticas: la mezcla de cafeína y taurina.

En Estados Unidos, dieciocho personas han fallecido por causas relacionadas con el consumo de este tipo de bebidas. Algunos expertos dicen que su consumo excesivo es tan perjudicial como las drogas.

El comercio de las bebidas energéticas proporciona muchos beneficios económicos. Sin embargo, no ocurre lo mismo si hablamos de beneficios sociales.

El estudio de la Universidad de Bonn, de Alemania, incluye que el consumo de estas sustancias puede provocar dolencias cardíacas, palpitaciones, el incremento de la presión arterial e incluso muerte súbita e infartos. Según el investigador Jonas Dorner “el consumo de bebidas energéticas tiene un impacto a corto plazo en la contractilidad cardíaca”.

En el mercado venezolano se encuentran diversas bebidas de este tipo que han sido industrializados, que tienen similares características, resaltando en ellas los mensajes de energía, vigor y fuerza.

Dichas bebidas han tomado gran fuerza en los últimos años como un producto refrescante e innovador, que ofrece al público una serie de componentes y estimulantes que se creen “necesarios” para elevar y mejorar el rendimiento en las diferentes actividades del día a día. Ahora jóvenes y adultos las ingieren durante su etapa de exámenes y trabajos para mantener la concentración, así como para que el cuerpo aguante largas noches de fiesta.

Apuéstale a la alimentación balanceada

Si se tiene una alimentación balanceada y le brinda a su cuerpo el descanso adecuado, no va a necesitar ningún aporte externo que venga de productos industrializados, como las bebidas anteriormente nombradas, a la hora de realizar las actividades normales: el entrenamiento físico y sus labores escolares o de trabajo.

En el caso que usted sienta que está perdiendo capacidad para realizar algún tipo trabajo y su rendimiento está bajando, trate de asesorarse con un profesional de la salud: Médico o Nutricionista, para tener una solución específica a su condición y mejorar sus hábitos alimentarios y sus patrones de consumo.

Opte por lo natural, no por los productos industrializados. Le sugerimos que luego de una rutina extenuante, prepararse una merengada, jugo o zumo donde combine frutas, vegetales, lácteos y cereales (naranja, mandarina, cambur, lechosa, mango, guayaba, maní, zanahoria, auyama, pepino, remolacha; leche, yogur, huevos, avena, arroz, etc.).

Así aportará a su organismo una carga verdadera de energía, vitaminas y minerales adicional, siempre teniendo presente que solo puede hacerlo después de una jornada en la cual haya tenido un desgaste energético o físico muy grande.

Si usted es una persona cuya rutina diaria es sedentaria o muy diferente a la de un atleta, la Misión Alimentación le recomienda optar por consumir jugos naturales refrescantes que tengan combinaciones de naranja, parchita, limón, calabacín, piña, zanahoria, patilla, melón, toronja, berenjena, apio españa, pepino, entre otros, o puede elegir tomar un agradable té de manzanilla, mal ojillo o hierbabuena para un Comer Bien y un Vivir Bien.

Publicado por Editor PRENSA en Reportajes 5355