Con alegría niñas y niños culminaron el proyecto Bailando con el Trompo

Prensa INN-. Este jueves culminó de manera exitosa el proyecto piloto Bailando con el Trompo, impulsado por el Centro de Especialidades Nutricionales “Hipólita Bolívar”, perteneciente al Instituto Nacional de Nutrición (INN), ubicado en la avenida Los Samanes de El Cementerio, parroquia Santa Rosalía en Caracas, donde niñas y niños con gran alegría protagonizaron el cierre de la actividad, contando sus propias anécdotas y experiencias positivas.

De acuerdo con Diana Calderón, directora del mencionado Centro de Especialidades, decidieron iniciar años atrás unas consultas externas, dos veces a la semana, para ayudar a las niñas y niños con sobrepeso y obesidad, pero los resultados no eran muy efectivos y “se decidió impulsar el proyecto Bailando con el Trompo, ingresando a los infantes con un diagnostico nutricional completo”.

“A las niñas y los niños, hay que tratarlos con una alimentación normal. No se trata de enseñarlos a hacer dieta desde pequeños; lo primero que se hace es ponerlos a comer; la idea es reducir azúcar, chucherías y aumentar el consumo de frutas, hortalizas y de granos, que es una gran herramienta para equilibrar el plato nutricionalmente”, expuso Calderón.

La nutricionista, además señaló que “se les enseña a consumir rubros de producción nacional. Por eso también se les incluye en todo el proceso de la siembra”.

“Fue todo un trabajo interdisciplinario, del que vimos resultados (…) la idea es tener estilos de vida saludables, redistribuir la grasa corporal y el plato de comida; hasta en materia de autoestima hubo excelentes resultados”, subrayó Calderón.

Las y los protagonistas

Pero en el cierre de este proyecto Bailando con el Trompo, la realidad queda reflejada en cada uno de los testimonios de niñas y niños, quienes hasta dramatizaron una pequeña obra acerca de los alimentos malos y buenos.

Yusmarlis Tarazona, de 9 años de edad, aseguró que la enseñaron “a rebajar y a comer sano, sin grasa, bajo en azúcar. Hay niños que deberían venir para acá. Aprendí que debemos tomar agua y no refrescos (…) también de los ejercicios que hicimos, la Danza fue lo que me gustó más”.

A sus 8 años de edad, Moisés López, explicó “este Centro me ha ayudado a rebajar mucho; a convivir, a comer sano y a ejercitarme. Invito a que vengan, es una experiencia buena para los niños”.

También Maikol Sussarra, a sus 10 años, pudo expresar su gusto por el proyecto, ya que “he bajado de peso. Ahora me gusta la yuca. De los deportes me gusta el king boxing, el básquet y el fútbol, lo aprendí con la actividad física (…) Antes pesaba 49 kilos y ahora 30. También sembré cebollín, eché el abono, luego la semilla y visitamos la siembra. Otros niños pueden venir al proyecto y se sentirán bien”.

Con orgullo la señora Yusmari Ojeda, madre de Yusmarlis Tarazona, mencionó que “antes ella comía otras cosas, pero no comía vegetales. Este centro ha sido algo muy bueno, porque mi familia viene de ser de contextura obesa. Es muy buena toda la ayuda que he recibido aquí; mi hija hasta ha bajado de peso”.

Marco Antonio Sussarra, padre de Maikol, contó que decidió traer a su hijo, más que todo, porque “comía muchas chucherías, él comía algo balanceado, porque comemos bien en la casa, pero ya estaba aumentando su consumo por los dulces. Acá en el Centro de Especialidades lo han tratado muy bien, no tengo quejas de nada, tienen sobre todo mucha paciencia y amor para con los muchachos”.

Detrás de este proyecto piloto también trabajó un equipo, técnico-operativo del INN, conformado por Treisy Rivero, psicopedagoga y coordinadora del proyecto; María José Celauro y Bárbara Rondón, psicopedagogas; Susana Carrillo y Lisbeth Zarra, auxiliares educativas; además del equipo multidisciplinario que ayudó, desde la desde la cocina, con la creación de distintos platos deliciosos y nutritivos.

Redacción: Yolianny Meléndez.

Fotos: Mariángela Ravelo/ Adrián Martínez.

Publicado por Editor PRENSA en Noticias, noticias_portada 2823