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Martes, 30 dic 2014

Inapetencia infantil


rechazo a los alimentos

La preocupación común de muchos padres y madres es la tendencia de sus hijos e hijas a “saltarse” las comidas o rechazar ciertos alimentos. Sin embargo la inapetencia es frecuente durante la infancia y se relaciona con etapas del crecimiento y desarrollo, también con la inconsistencia de las y los adultos en la creación de rutinas que fomenten los buenos hábitos alimentarios y, en algunos casos, con déficit de nutrientes específicos como el hierro.

La introducción de alimentos luego del sexto mes de vida es una etapa crucial para lograr instaurar buenos hábitos alimentarios. En este tiempo debemos ofrecer alimentos sin condimentos procesados pues al proporcionarles a las y los niños comidas con gran cantidad de azúcar, sal y grasas (por ejemplo), éstos pueden llegar a habituarse a estos sabores potenciados (extremadamente dulces o muy salados) y al crecer serán más resistentes a ingerir los alimentos con sus características naturales.

En relación a la creación de rutinas hay que resaltar que niños y niñas aprenden fundamentalmente con el ejemplo de las personas que están a su alrededor. Por eso es necesario que todos los integrantes del grupo familiar practiquen una alimentación saludable, incluyendo todos los grupos del Trompo de los Alimentos en cada comida, haciendo énfasis en la ingesta de vegetales diariamente al menos en las tres comidas principales. Igualmente importante es preparar los alimentos de una manera apetitosa, variando los métodos de cocción, procurando combinar las texturas y los colores de los mismos para que el plato servido sea más atractivo.

Desde el punto de vista fisiológico, tanto el hambre como la saciedad están reguladas por un complejo mecanismo de hormonas y neurotransmisores además de otros factores y en este sentido una recomendación importante es no obligar a las y los niños a comer, ni utilizar los alimentos como premio o castigo pues estas conductas puede causar aversión y convertir el momento de la comida en una pesadilla. Respetar la saciedad de las y los pequeños así como evitar forzarlos a seguir ingiriendo más comida de la que necesitan favorece el mantenimiento de una actitud positiva hacia la aceptación de nuevos alimentos.

Si bien la ingesta deficiente de alimentos a largo plazo puede resultar en problemas de déficit nutricionales, hay que tener en cuenta que esta se modifica a través de las diferentes etapas del desarrollo del niño o la niña, con lo cual puede pasar de comer poco a mejorar su apetito en cuestión de días o meses. Asimismo, no hay que olvidar que en la medida en que su entorno mantenga una alimentación variada y equilibrada ellos y ellas asimilarán y mantendrán esa misma conducta en el futuro.

Referencias:

Ducuara-Mora PE. Consideraciones sobre la inapetencia infantil y la adopción de hábitos alimentarios saludables. Rev CES Med 2011;25(2):153-168

Ortíz, Humberto, Barragán, Arelis. Inapetencia infantil. Vol. 14 no. 1, Sup. 1, 2012 / Revista GASTROHNUP.

Recuperado de: http://bibliotecadigital.univalle.edu.co/bitstream/10893/5899/1/14%20Inapetencia%20infantil.pdf

Publicado por en Educación 4657

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