Aquel sentido Patrio del Gigante de Sabaneta

 Aquel sentido de pertenencia, de saber que somos venezolanas y venezolanos dignos de haber nacido en la tierra de Libertadores, sólo lo sembró a finales del siglo XX y a principios del XXI, un hombre humilde, en toda la dimensión y el valor de la palabra, que hizo despertar a un pueblo y amplió nuestros sentidos históricos, para empujarnos a entendernos como humanistas.

 Si recordar al Comandante Hugo Rafael Chávez Frías, en su natalicio N° 62, implica darle un enfoque más sentimental por todo ese amor y frenesí, que derramó en su gente, también es inexpugnable el valor de sus grandes esfuerzos, que nos confeccionaron una nueva cultura: aquel sentido Patrio.

El amor por Venezuela había desaparecido del imaginario colectivo, pero el Gigante de Sabaneta de Barinas, se propuso cambiar esa triste situación y la transformación vino desde adentro, desde el alma.

Aquel hombre sensible, profundamente bolivariano, sustentó sus valores en la solidaridad, el amor y el trabajo, para generar esa autodeterminación a ser libres, gracias a la letra viva de la historia, la Nuestra Americana de la que hablaba José Martí.

Hugo Chávez, nunca abandonó el concepto ideológico de Las Tres Raíces, que tiene sus cimientos en Simón Rodríguez, Simón Bolívar y Ezequiel Zamora. Entonces era la historia hablándonos, enseñándonos, a través de un hombre que no desmayó en sus tantas luchas y batallas, bajo ninguna circunstancia.

Ese “arañero” sólo tenía la Victoria guardada para dársela a su bravo y heroico pueblo. Chávez siempre creyó en los saberes de su gente, porque supo los desmanes que padecía, porque sus pies pasaron por todas estas tierras venezolanas y su mirada profunda, contuvo muchas lágrimas ante muchas miserias e injusticias.

El hablar de Chávez, en cualquier ámbito de la vida, es hablar de un ser humano especial, en verdad imprescindible, cuya figura y contenido histórico-social será irreductible en la memoria colectiva.

Por esto y sólo por amor, aquel sentido Patrio aún vuela en nuestra vida cotidiana. Parece ser una bella emboscada de cariño, que nos susurra un fondo musical de arpa, cuatro y maraca, recordando las canciones de Alí Primera, mientras nos deja como coro aquel olor de mastranto de nuestro llano infinito. Es la raíz de esta Revolución, que aún sigue de pie y lucha por la dignidad del pueblo de la República Bolivariana de Venezuela.

Gracias Comandante Chávez, seguirás entre nosotros ahora y siempre… ¡eres la Patria que vive en la llama más ardiente y sagrada!

¡Que nadie se equivoque con el valor infinito de Hugo Chávez!

Yolianny Meléndez.

Prensa INN.

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